Todos los centros de trabajo han de tener un botiquín de primeros auxilios. No es una recomendación, es una obligación. Así lo establece el Real Decreto 486/1997 sobre medidas de seguridad y salud en estos lugares. Por eso, en este post te indicamos qué deben incluir estos kits de supervivencia. Y te recordamos que GEPCO Formación imparte cursos ‘in company’ para formar a la plantilla en intervenciones básicas de emergencia.

Botiquín de primeros auxilios: contenido

El mencionado Real Decreto 486/1997 indica que el botiquín de primeros auxilios debe ser “adecuado, en cuanto a su cantidad y características, al número de trabajadores, a los riesgos a que estén expuestos y a las facilidades de acceso al centro de asistencia médica más próximo”. En otras palabras: su contenido debe ser más completo y exhaustivo en empresas grandes con actividades de riesgo, cuyo centro de trabajo esté alejado o tenga dificultades de acceso a hospitales y centros médicos.

Además, especifica que los locales de primeros auxilios deben contener su propio botiquín fijo, así como una camilla y una fuente de agua potable. Estos locales son obligatorios cuando el centro de trabajo cuenta con más de 50 empleados (25 si su actividad entraña riesgos especiales o presenta las dificultades de acceso antes mencionadas).

Como complemento a estas indicaciones, el Instituto Nacional de Seguridad Social e Higiene en el Trabajo elabora guías de buenas prácticas en las que amplía la información y recomendaciones sobre cómo debe ser un botiquín de primeros auxilios. 

Por ejemplo, establece que el material debe tratarse de “primeros auxilios y “nada más”. Por otro lado, su contenido ha de estar ordenado y “acorde con el nivel de formación del socorrista (usuario)”. Y por supuesto, el material, que debe ser repuesto tras su uso, tiene que ser objeto de verificaciones sobre su fecha de caducidad.

Tomando como referencia el texto del Real Decreto y la guía NTP 458 de buenas prácticas, se puede establecer que, como mínimo, los artículos que deben formar parte de un botiquín de primeros auxilios portátil son:

  • Desinfectantes y antisépticos autorizados
  • Algodón hidrófilo
  • Gasas estériles: de distintos tamaños, en bolsas individuales
  • Esparadrapo
  • Venda
  • Apósitos adhesivos: al menos 20 unidades, en bolsas individuales
  • Pinzas
  • Tijeras
  • Guantes desechables
  • Triángulos de vendaje provisional: 6 unidades
  • Bolsa de hielo sintético
  • Mascarilla de reanimación pulmonar
  • Agua o solución salina al 0’9%
  • Bolsas para material usado o contaminado
  • Manta termoaislante

Además, se indica que tanto el botiquín de primeros auxilios como el local habilitado para estos cuidados deben estar correctamente señalizados, con los carteles homologados que contienen los siguientes símbolos, según cada caso: teléfono de salvamento, cruz de primeros auxilios, camilla, ducha de seguridad y lavado de ojos.

Otros complementos para una cobertura superior

Por otro lado, la empresa puede ir más allá del botiquín de primeros auxilios y ampliar la cobertura con otras facilidades. Por ejemplo, un desfibrilador: por ahora, sólo determinadas instalaciones están obligadas a contar con uno (centros comerciales, aeropuertos, grandes estaciones de transporte, etc.), pero contar con uno en un centro de trabajo es, sin duda, una buena práctica que puede salvar vidas. 

Otra buena práctica es ofrecer cursos de primeros auxilios a los empleados de la empresa. Por supuesto, a aquellos con mayor responsabilidad en emergencias, los llamados equipos de primera y segunda intervención. Pero esta formación también se puede ampliar al resto de la plantilla, pues aspectos como la evaluación de la víctima y el método PAS (Proteger, Avisar y Socorrer) pueden ser realizados por cualquier persona, en ausencia de otros profesionales con mayores conocimientos técnicos de intervención. Por ello, la formación que imparte GEPCO Services no hace distinciones y puede ofrecerse a todo tipo de personas.