Como recoge la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales, existen dos tipos de equipos de protección: los colectivos y los individuales. Y esta distinción es también válida en relación a la seguridad en trabajos en altura, donde adquieren gran importancia los dos. A ello hacemos un análisis más profundo en nuestros cursos de prevención de riesgos laborales en este tipo de trabajos. Y sobre ello te explicamos algunas cuestiones básicas en las siguientes líneas.

Sistemas de protección individuales y colectivos

Para garantizar la seguridad en trabajos en altura, los sistemas de protección colectiva son fundamentales. Se trata de aquellos que buscan proteger de manera simultánea a más de un trabajador. Normalmente se instalan en el lugar de trabajo de los operarios. En el caso concreto de los trabajos en altura, estos son algunos ejemplos:

  • Elementos de señalización de cambios de nivel, bordes y otros riesgos
  • Barandillas, quitamiedos o vallas que tengan por objetivo evitar una caída al vacío
  • Redes anticaídas para que, cuando se produzca una caída desde un andamio, una plataforma o cualquier otro lugar elevado, el operario no impacte contra el suelo
  • Protocolos de limpieza para eliminar la presencia de obstáculos innecesarios, objetos que pudieran caer a distinto nivel, líquidos resbaladizos y otros elementos que entrañen riesgo de producir caída

Por su parte, los equipos de protección individual, que coloquialmente se llaman EPIs, son también fundamentales para la seguridad en trabajos en altura. Tienen como particularidad que el operario los lleva encima y, como consecuencia de ello, sólo le protegen a él. Se suelen clasificar según la parte del cuerpo en la que se ponen:

  • Sobre la cabeza:
    • Para proteger el cráneo: el más común es el casco, que evita impactos
    • Para proteger la cara: se pueden mencionar las gafas, específicas para el aparato visual, y las pantallas faciales, que abarcan también el resto de la cara
    • Para proteger el aparato auditivo: son los clásicos protectores auditivos, o bien los tapones
  • Sobre las extremidades inferiores: se centran sobre todo en los pies, con calzado de seguridad dotado de puntera reforzada o plantillas especiales
  • Sobre las vías respiratorias: mascarillas

En los equipos de protección individual también hablamos de sistemas integrales, es decir, que previenen riesgos en todo el cuerpo. Es el caso de la ropa de trabajo en general y de las prendas de señalización en particular, así como los arneses y cinturones anticaídas y otros componentes clásicos de los trabajos verticales.

Todos los elementos mencionados pueden formar parte de la seguridad en trabajos en altura, pero son especialmente habituales los de sistemas de protección contra impactos y los anticaídas.

Qué es mejor para la seguridad en trabajos en altura

De cara a garantizar la seguridad en trabajos en altura, es necesario emplear tanto unos como otros. Sin embargo, la Ley 31/1995 indica en su artículo 15 que se deben tomar medidas que “antepongan la protección colectiva a la individual”. O como dice en el artículo 17, los equipos de protección individual se deben utilizar cuando “los riesgos no se puedan evitar o no puedan limitarse suficientemente” por medio de los sistemas de protección colectiva.

Sin embargo, rara vez esto es posible, de modo que en un entorno donde los riesgos laborales son patentes, se emplean los dos tipos de protección, complementándose entre sí. Y ese es el caso cuando se quiere garantizar la seguridad en trabajos en altura.

Para conocer más información sobre estos equipos de protección y para probarlos en primera persona si fuera necesario, ponemos a tu disposición y a la de tu empresa nuestros cursos de formación en riesgos laborales, en Barcelona, Madrid, Canarias, Baleares y otros lugares de España.