El montaje de escenarios es una tarea que suele pasar desapercibida, ya sea por los artistas o por el público. En el momento de su llegada, tanto unos como otros lo verán ya montado, como si llevara ahí esperando mucho tiempo. Pero lo que no todos saben es que ese montaje probablemente se ha producido en un tiempo sorprendentemente breve y por operarios altamente capacitados técnicamente. Si quieres saber algunos detalles sobre qué hay detrás de esta labor, te invitamos a leer este post, donde nos detenemos en los dos grandes secretos de este trabajo: la formación y la prevención de riesgos laborales. Y si quieres formarte técnicamente para poder desarrollar esta actividad, puedes ampliar información en la siguiente página.

Formación técnica: clave nº1 en el montaje de escenarios

La primera clave que pasa desapercibida para artistas y público es la formación técnica que tienen los operarios que efectúan el montaje de escenarios. De hecho, aunque esta actividad ha pasado a catalogarse como ‘obra de construcción’ recientemente, siempre ha tenido la consideración de ‘obra sin proyecto’. Esto último supone un reto en sí mismo, pues nos habla de la premura con la que se debe proceder al montaje y al desmontaje, así como de la importancia de quienes lo llevan a cabo. 

En ellos recae la responsabilidad de levantar todas las estructuras que entran en juego en un concierto. Y no sólo se trata del montaje de los escenarios propiamente dichos sino también las estructuras análogas, como pueden torres para cámaras, torres de cañones, rampas de acceso, etc. 

Una actividad que, en muchos casos, incorpora técnicas propias de los trabajos en altura para el operario, por lo que no sólo resulta clave la destreza en las tareas de ensamblaje de trusses y otros elementos, sino el posicionamiento y la progresión sobre el plano de trabajo. La utilización de líneas de vida y puntos de anclaje es algo que un operario técnico debe saber inexcusablemente para desarrollar este oficio, y que debe poner en práctica con seguridad pero sin titubeos durante las fases de montaje y desmontaje.

Prevención, la otra base del trabajo

El segundo pilar sobre el que se asientan las labores de montaje de escenarios emana precisamente de la primera: la prevención de riesgos laborales, a lo que dedica buena parte de su temario el curso de GEPCO Formación. En un buen curso de formación se aprenden cuestiones como los Equipos de Protección Individual (EPIs) necesarios, así como sus características o las formas de verificar que están en buen estado. También se proporciona una introducción a las labores de rescate de operarios accidentados, de primeros auxilios y de evacuación urgente. 

Y por supuesto, se pone en conocimiento del operario la legislación vigente. No obstante, la obligación de poner en práctica dicha legislación recae en el promotor del evento y en el contratista. Especialmente ahora que las inspecciones de trabajo se están decantando por considerar el montaje de escenarios como ‘obra de construcción’, una decisión que aumenta los trámites burocráticos, como la designación de un coordinador de seguridad o la elaboración de un documento de referencia para la identificación de potenciales riesgos.

En cualquier caso, este último punto es algo cuya aplicación depende mucho de la interpretación de la norma que realiza cada comunidad autónoma, en concreto del Real Decreto 1627/1997, de Obras de Construcción, y de la Ley 32/2006, reguladora de la subcontratación en el sector. 

Pero lo que es seguro es que, independientemente de que el montaje de escenarios reciba esa consideración y aumente las exigencias en materia de seguridad, la prevención de los riesgos laborales comienza en el propio operario y en las decisiones que toma en cada momento.