Entre nuestros cursos de primeros auxilios, uno de ellos está enfocado al uso de los desfibriladores, también llamados DESA o DEA. Se trata de una máquina que salva vidas y se encuentra ya muy extendido por los lugares de pública concurrencia en nuestro país, como habrás podido comprobar en tu día a día. Pero, ¿cuáles qué instalaciones deben tener un DEA? En este post arrojamos un poco de luz a este tema.

Una cuestión de comunidades

Para resolver la pregunta de qué instalaciones deben tener un DEA o desfibrilador, habría que dar 19 respuestas distintas: una por cada comunidad autónoma o ciudad autónoma de España, puesto que su regulación se trata de una competencia transferida a estas.

De hecho, las comunidades han ido legislando en esta materia poco a poco, desarrollando sus propios decretos después de que el Estado central sentara las bases para ello en el Decreto 365/2009, de 20 de marzo. Las primeras en hacerlo fueron País Vasco y Catalunya, y le siguieron otras, por lo que en realidad lo primero que cabe preguntarte es si tu comunidad autónoma ha desarrollado normativa al respecto.

Requisitos sobre la obligatoriedad de tener un DESA o desfibrilador

Aunque no entremos al detalle de cada normativa autonómica, sí se pueden apreciar algunos requisitos globales que más o menos se repiten y que te harán entender si tus instalaciones deben contar con un desfibrilador o DESA. Estos son algunos de ellos:

  • Estaciones de transporte público (Metro, tren, autobús) con un afluencia diaria de más 5.000 habitantes
  • Estaciones de ferrocarril y autobús en poblaciones de más de 50.000 habitantes
  • Centros comerciales de un cierto tamaño, a menudo 2.500 m2
  • Instalaciones públicas con un aforo mínimo, o sin él
  • Centros educativos, en algunos casos según su aforo
  • Centros de trabajo

Además, llaman la atención casos como el de Navarra, que obliga a las patrullas policiales a contar con un desfibrilador, de tal manera que los agentes puedan ofrecer una primera atención en la calle en caso de parada cardiorrespiratoria, antes de la llegada de una ambulancia.

Otro ejemplo paradigmático es el de Canarias, una región donde el turismo tiene mucho peso. Por ello, los hoteles de más de 1.000 plazas también están obligados a contar con un DESA en sus instalaciones. Aragón es aún más exigente al respecto, y lo hace obligatorio en los alojamientos con al menos 100 plazas.

Una elección segura, en cualquier otro caso

La normativa autonómica establece los espacios que están obligados a contar con un desfibrilador, pero cada vez más son los responsables que, pese a que sus instalaciones no llegan al mínimo exigido (en aforo o tamaño), igualmente se dotan de un DESA. Así ocurre en centros de trabajo de tamaño mediano o pequeño, como medida adicional en materia de prevención de riesgos laborales. También ayuntamientos de localidades pequeñas que quieren brindar esta protección a sus habitantes, a menudo ya mayores. O incluso locales y recintos que desean cuidar así a sus clientes y usuarios.

Lo hacen porque saben que estos dispositivos salvan vidas. Según algunas estimaciones, si se hace un uso temprano del DEA, en los primeros 5 minutos tras la parada cardiorrespiratoria, las posibilidades de éxito se sitúan entre el 90% y el 50% de los casos, pero esto se reduce drásticamente después de ese intervalo.

Y por supuesto, un condicionante fundamental para tener éxito en la maniobra es el conocimiento de la misma. Eso es algo que podrás aprender si recibes la correspondiente formación con nuestro curso SVB y DEA de Gepco, donde enseñamos también a realizar otras maniobras básicas de reanimación.