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Existen varios tipos de desfibrilador en la actualidad y, aunque su desarrollo ha alcanzado un gran nivel de sofisticación y efectividad, no todos los modelos son recomendables para cualquier persona que va a tratar una parada cardiorrespiratoria. En este artículo te contamos cuáles son los más habituales, para tu conocimiento. Sin embargo, no te explicaremos a fondo su funcionamiento, pues para ello sería necesario realizar un curso oficial de DEA. Dentro de nuestra oferta formativa ofrecemos el certificado oficial de DEA con diploma acreditativo.

 

Tipos de desfibrilador más habituales

Existen tres grandes modalidades de desfibrilador, aunque todos ellos tienen la misma función. Y esa no es otra que proporcionar una descarga de corriente continua al corazón para devolverle un ritmo normal o, al menos, eficaz tras haber sufrido una parada cardiorrespiratoria como consecuencia de una fibrilación ventricular, es decir, el trastorno que sufre el corazón cuando tiene actividad eléctrica pero no efectividad mecánica. 

 

Según el funcionamiento del desfibrilador, podemos hablar de manuales, automáticos y semi-automáticos. Veámoslos:

 

  • Manual: se trata de los dispositivos más complejos y su uso sólo está permitido a personal sanitario, ya sea en unidades móviles o en hospitales, pues existen versiones portátiles y compactas en función de su funcionamiento con batería o conectado a la red eléctrica
  • Automáticos: los llamados DEA, que son las siglas de Desfibrilador Externo Automático. Cuentan con un programa inteligente que evalúa por sí solo el funcionamiento del corazón, detectando los ritmos subsidiarios de la fibrilación. En base a dichos análisis, aplica la descarga de manera automática cuando cree que debe hacerlo. Pero estos modelos han caído en desuso, pues entraña cierto riesgo para la persona que manipula el dispositivo, al no saber exactamente cuándo se realizará la descarga
  • Semiautomáticos: son los llamados DESA, la siglas de Desfibrilador Externo Semi-Automático. Aunque ya son los de uso mayoritario en espacios públicos, aún se mantiene la antigua denominación de DEA. Lo interesante de estos dispositivos es que, además de contar con un programa de evaluación automática del ritmo cardíaco, va guiando al usuario sobre los pasos a seguir y le da indicaciones claras de cuándo se debe separar del paciente. Los modelos más avanzados cuentan con módulos de comunicación con teleoperadores telefónicos especializados (112), que dan indicaciones precisas en cada caso. Además, están dotados de sistemas de geolocalización GPS para facilitar la llegada de la ambulancia

 

Cada vez son más las Comunidades Autónomas que obligan por ley a contar con al menos un desfibrilador en un espacio público, como puede ser una estación de tren, un centro comercial o un polideportivo. Y en ello siguen insistiendo las instituciones de referencia en RCP, como indicábamos en este post de nuestro blog. 

 

Otros clasificaciones

Además de la diferenciación entre manual, automático y semiautomático, existen otras clasificaciones según determinados aspectos. Por ejemplo, el tipo de descarga, lo que nos deja desfibriladores monofásicos (descargas altas y en una sola dirección) y los más avanzados bifásicos (con descargas más moderadas, que reducen además el posible daño miocárdico).

 

La otra clasificación distingue entre desfibriladores externos e internos. Los externos son todos los que hemos mencionado en este post, mientras que a los internos no dedicaremos espacio, dado que no son dispositivos de urgencia sino que se insertan dentro del pecho del paciente, a modo de marcapasos, lo cual requiere de una intervención quirúrgica específica. 

 

Pero lo que sí está claro es que saber utilizar un desfibrilador es algo importante, seamos profesionales sanitarios o no. Por ello, los cursos de primeros auxilios y DEA de GEP Services van dirigidos a empresas de todos los tamaños, municipios, a profesionales de servicio público, como los del sector de la seguridad, y a toda la ciudadanía en general.